Sin Licencia social, no habrá Paz Social.

La licencia social parece ser un invento de estos años pero en realidad estuvo latente siempre, estuvo en la revuelta obrera de Chicago y que causó el 1º de mayo de 1886 el asesinato de muchos trabajadores y sindicalistas, en la Revolución Francesa en 1789 con la toma de la Bastilla incluida y más acá en el tiempo la fuerte protesta por la instalación de Botnia en Fray Bentos, República Oriental del Uruguay, por nombrar algunos. Entonces a que nos referimos cuando hablamos de licencia social, será esa difusa representación que nos hacemos de la defensa de nuestros derechos humanos básicos, muchos veces avasallados por el poder económico mundial, será la exteriorización de nuestros ideales y lo que deseamos legarle a nuestros hijos en un ambiente sano y justo con igualdad de posibilidades, o será la expresión real de lo que debe ser un verdadero equilibrio y distribución de las fuerzas que la naturaleza ha puesto a nuestra disposición y vaya a saber porque designio del destino ostentan unos pocos? Tal vez sea un poco de todo eso, lo que si estamos seguros es que sin licencia social no habrá paz social, los poderes omnímodos deberán ceder inexorablemente al avance de los pueblos en la defensa de lo que, con gran sabiduría consideran, derechos inalienables e imprescriptibles, más allá de lo que expresen las leyes o las constituciones, es una manifestación que se fundamenta en el derecho natural mismo, fuente de toda razón y justicia, y que pese a quien le pese es un movimiento que se ha puesto en marcha y no se detendrá hasta obtener su cometido, con acción pero en paz. Seguramente somos y seremos muchos los que estaremos encolumnados detrás de estas corrientes, algunos más temprano, convencidos de sus ideales, otros más tarde, arrastrados por el liderazgo de los primeros, lo que si es cierto que no se detendrá y será por el bien de todos.