Mensaje del electorado

Importantes conclusiones se pueden extraer de primera mano del resultado electoral del domingo 28 de junio. Pienso de primera mano porque algunos datos permiten intuir que serán más severas las consecuencias de este resultado cuanto más transcurran los días, pero eso será motivo de otro artículo. El mensaje que ha dado el electorado y que lo viene dando cada vez que se repite una circunstancia similar es que no está dispuesta a soportar el atropello, la falta de diálogo, o la soberbia desmedida, como así también le dio un claro mensaje a la oposición que espero sepa decodificar en su real dimensión y no comience a considerar que a partir de hoy todos los astros y los Dioses del Olimpo están a sus pies y podrán caer en los mismos yerros que sus pares políticos sin pagar el costo. Otros encumbrados dirigentes que ocuparon la primera magistratura cedieron a las mieles del poder con una inocencia propia de un niño, creyendo tal vez en su infantilismo, que podrían conducir a las masas a su antojo porque se habían convertido en una suerte de deidad salvadora o pastor experimentado que apacenta sus ovejas. Pues bien he aquí el resultado, una vez más, de quienes así se ufanan, conocen el polvo de la derrota aplastante; será tan difícil para los dirigentes pensar con mayor grandeza y desprendimiento a la hora de construir poder? Para no dilapidar así medidas y acciones que fueron y siguen siendo muy importantes para nuestra Nación y que marcaron el fin de una etapa y el comienzo esperanzador y expectante de una nueva que auguraba un país más justo, menos corrupto, más inclusivo y sobre todo cimentado en el diálogo pero no, tuvimos que sucumbir ante la recurrente posición que adoptan algunos que llegan al poder, echando por tierra cuestiones que de haberse acentuado y continuado habrían no solo consolidado un país más fuerte sino asegurado el poder por mucho más tiempo con sólo saber oír la voz del pueblo en su cabal magnitud, ni más ni menos.