sábado, 12 de diciembre de 2009

La verdadera Reforma Política


Un nuevo fracaso del Estado y suma más puntos la sensación de indefensión que embarga a la sociedad, y no es patrimonio de este Gobierno ni del anterior, ni de este o aquel. Los ciudadanos perciben, entienden o tristemente concluyen que el Estado no sirve para nada y eso es lo peor que nos puede pasar, de aquí a la anarquía y el caos hay pocos pasos. En el triste caso de la familia "desaparecida" durante casi un mes se verifican todos los elementos que describo anteriormente, desidia, ineficiencia, irresponsabilidad y lo que sería peor....complicidad. Por momentos la sociedad asiste a procesos o períodos donde pareciera que todo se va a encaminar, que todo se hace con seriedad y de repente todo se desmorona descubriendose tramas e intrigas que desperterían la envidia de cualquier guionista de suspenso o del hampa. Funcionarios públicos que son reemplazados de la noche a la mañana como si fueran títeres, aún siendo personajes reconocidos en sus vidas profesionales por su calidad humana, intelectual y moral, dejando la impronta de que ingresar al mundo de la política implica arrojar el buen nombre de las personas a la basura, generando un gran problema para la comunidad ya que sus grandes hombres o referentes sociales o simplemente aquellos ciudadanos honestos, dignos y trabajadores desecharán toda posibilidad de participar de la vida pública para evitar verse involucrados en escándalos gratuitos en los que seguramente deberán dar explicaciones a cuestiones que ni por asomo tuvieron acceso pero que seguramente complicará su vida de aquí en más. Para muestra basta la reciente renuncia de un reconocido funcionario de salud que manifestó haberse hartado de la política y entre las más graves acusaciones que rondan en su entorno figuran vinculaciones con la mafia de los medicamentos, que necesidad? Si hasta un día antes de asumir era un prestigioso y reconocido médico. Es muy grave. La sociedad toda debe buscar la manera de revertir esta tendencia, ocupar un cargo público debe volver a ser un honor y una distinción para la cual se es convocado o elegido con el fin de aportar lo mejor de cada uno a la comunidad. El cambio es requerido en forma perentoria, no hay tiempo que perder, los ciudadanos pero sobre todo las generaciones venideras, los jóvenes y niños de hoy necesitan respuestas que les permitan abrigar la esperanza de un cambio profundo, en el que se incluyan mejor educación, mayor seguridad, justicia y movilidad social ascendente, acceso irrestricto para todos los ciudadanos a la salud pública. Estos cuatros items deben formar parte de un acuerdo social ya no solo de los políticos, sino de la Politica con mayúsculas que incluya a referentes sociales, educativos, laborales y sociales que permita expresarse con libertad y formar parte de los gobiernos a los ciudadanos de a pie, al vecino preocupado por su entorno y que humildemente espera su turno de ser escuchado y poder participar. Esta es la verdadera reforma política que debemos proponer, este es el momento indicado, no esperemos a que sea tarde, debemos actuar y dar el verdadero valor a las instituciones representativas, dando mayor protagonismo a aquel que, en definitiva con su aporte, sostiene el sistema imperante.

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