Por si no faltaban ingredientes en la economía nacional, convulsionada, acechada desde todos los ángulos posibles, y con una escalada en ciernes de un nuevo conflicto agropecuario surgen los rumores de una nueva emisión de bonos en diferentes estados provinciales para poder cumplir con las obligaciones de pago, en principio de grandes proveedores, pero que se ampliaría a salarios y jubilaciones. Que más podemos agregar al respecto? Luego de un crecimiento durante seis años como nunca se había visto en la historia de la Argentina, según afirmaciones del mismo gobierno nacional, volvemos a caer en una situación que sólo un adivino puede llegar a vislumbrar como terminará. Tan grave se avisora la crisis que nadie se anima a un pronóstico, que tiene ribetes de temporal huracanado y que por la bajo la gente en la calle ya comienza a analizar, configurando el peor cuadro que se puede esperar, el pánico y la inseguridad de un futuro incierto se comienza a adueñar de las decisiones de todos y se produce una corrida en los fondos que ya es mayor a la del año 2001, asegurando diversas fuentes que en los últimos 8 meses se fugaron 25.000 millones de dólares y que desde abril de 2008 a enero de 2009 el Banco Central ha perdido más de U$s 5.000 millones de sus reservas. Podríamos afirmar que estamos ante una catástrofe que arrastrara a la sociedad a momentos de gran incertidumbre para lo cual es menester prepararse.
Debemos encontrar un camino que nos permita una organización, como sociedad debemos asumir una actitud comprometida e involucrada en las decisiones que se toman en los más altos niveles de representación ya que, de otro modo, seguiremos siendo los invitados pero para pagar la fiesta y ver como otros la disfrutan como ha sido a lo largo de la vasta historia nacional. Sin un adecuado presupuesto educativo y de salud no hay salida posible y de que ello sea así es responsabilidad de todos los ciudadanos.
