lunes, 20 de septiembre de 2021

Hacia un nueva realidad

 

Hace prácticamente un año decíamos en esta misma columna que era necesario ordenar las cuentas en el país. Hoy, tantos meses después se ven las consecuencias de esa falta de orden, de priorización de valores y objetivos. Los jubilados han quedado relegados, los empleados no reciben su reconocimiento salarial  acorde, la juventud que no vislumbra un futuro con claridad para sus aspiraciones de desarrollo personal.

Un sinnúmero de cuestiones que poco tienen que ver con la tan mentada justicia social o movilidad social ascendente que tanto pregonan en nombre de un peronismo que languidece, decadente y que carece de contenido, que se ha olvidado los principios de respeto por la democracia y la diversidad de culturas y pensamientos, porque sólo se contempla el pensamiento único y acorde al poder que se intenta imponer desde los estamentos de poder, ya sean organismos de gobierno como claustros académicos, con planes de educación improvisados o sobre bases de poco sustento científico pero si mucho contenido ideológico y tendencioso, excluyente y opresor de las voces disidentes. 

Es de esperar que en días venideros puedan recuperar al menos algo del enorme descrédito del que han sido acreedores luego de casi dos años de hacer oídos sordos a la voz de la ciudadanía. Es aquí y ahora, no esperar que el desgobierno gane las calles y el ánimo de la sociedad porque esta vez las consecuencias pueden ser insospechadas.