miércoles, 28 de diciembre de 2022

¿Se afianza el vaciamiento de Argentina?

                              


Por J.A.

En medio de la algarabia que aún perdura entre los argentinos y buena parte de latinoamérica y de los amantes del buen fútbol desperdigados alrededor del mundo por la obtención de la tercera Copa del Mundo por parte del Seleccionado Argentino de Fútbol asoma un análisis que es imposible soslayar.

Es bien sabido la ingente riqueza que posee la Argentina en diferentes ramas productivas como son la minería, con el litio a la cabeza, Vaca Muerta con su enorme reserva de gas shale y que, año tras año, bate records de producción, sin mencionar la riqueza petrolífera de estos yacimientos que algunos expertos mencionan como aún desconocido su verdadero potencial, a todo esto se debe agregar la enorme riqueza productiva en la actividad agropecuaria y sobre todo en la industria agroalimentaria, sin dejar de mencionar la enorme riqueza pesquera que sobre-explotan y depredan en nuestro mar territorial, y sin autorización, los "correctos" japoneses, entre otros. 

A todo esto se debe agregar un contexto de una sociedad que necesitaba festejar algo en medio de una profunda crisis política, económica pero sobre todo institucional que deprimió la autoestima y el amor propio de una Nación que debería ser una potencia y sin embargo está endeudada a 100 años con la banca internacional como con bonistas particulares.

Pues bien, en medio de este contexto, aparece una tercer Copa del Mundo que viene a traer una bocanada de aire fresco que hasta parece volver a ilusionar a la Argentina con que "todo es posible", si, así como lo leen, tan mal estámos como país que el triunfo de un equipo nacional de fútbol pareciera dotarnos de una mágica energía, propia de aquél que agoniza en una cama de hospital pero se aferra a la vida ante cualquier atisbo de esperanza que pueda brindarle la medicina, más allá de que se trate de un placebo que probablemente durará algunas horas o tal vez semanas, pero que sino encuentra un correlato en los indicadores reales del enfermo (en este caso nuestro país, nuestra economía, etc) volverá a sucumbir en una depresión de la cual puede resultar aún más difícil salir.

Por el contrario este análisis no pretende restar mérito al maravilloso logro del seleccionado de Scaloni pero si es necesario recordar como llegó la Selección Nacional al mundial de Fútbol Qatar 2022. Una andanada de críticas hacia su "inexperto" técnico y ni hablar de su capitán de equipo a quien tildaban de "pecho frío", y todo por parte de la propia prensa especializada argentina. Sin contar que arrancó el torneo perdiendo contra una débil Arabia Saudita y, paralelamente, la brillante performance de los máximos exponentes europeos y sudamericamos que ponían a nuestra Selección prácticamente con un pie fuera de Qatar.

Sorpresivamente, aunque no menos esperado por todos los argentinos, el equipo nacional comenzó a repuntar en el desarrollo del torneo hasta obtener la máxima presea, sin que esto no estuviera cargado de una épica por demás emotiva que contagiaba hasta el más desanimado (no olvidemos que ya viven fuera del país más de un millón de compatriotas, de los cuales más de 60.000 se fueron entre el 2020 y 2021 -una ciudad completa del interior del país-, con el consiguiente efecto sobre familias desmembradas y vínculos que a veces resultan dificiles de reconstruir)  que cargó de fervor patriótico y  de esperanza de renacimiento de una nueva argentina, si, leyó bien, un campeonato de fútbol ilusionó a muchos millones que podemos construir el destino de grandeza que parece tener la Argentina pero que nunca alcanza a ver realizado. Como no estamos aquí para analizar la realidad deportivo-futbolística sino más bien hilar fino para saber que hay detrás de este enorme laudo que posiciona nuevamente a la Argentina en las primeras planas de toda la prensa mundial (mal que les pese a propios detractores y extraños). Nos preguntamos ¿tratará de ocultar este campeonato la matriz de vaciamiento de la riqueza nacional

Una vez considerado lo anteriormente expuesto es menester considerar el enorme deterioro que ha evidenciado la argentina en diversas materias como son la educación, la salud pública, seguridad ciudadana, control de narcotráfico en áreas claves del país, evolución del nivel de infraestructura, lo que incluye desarrollo y explotación de terminales portuarias, conectividad aérea, estado de la red vial en todo el territorio nacional, inversión en materia ferroviaria, innovación en tecnología de las comunicaciones y conectividad en materia de internet vía fibra óptica, tan necesaria en la actualidad para el desarrollo de inversiones y fuentes de trabajo, todos los items analizados arrojan un saldo totalmente negativo que nos coloca acaso en uno de los peores de latinoamérica. Entonces cabe la incógnita, ¿qué viene a "encubrir" una copa del mundo? Seremos capaces de correr el velo y darnos cuenta que existe una matriz de saqueo internacional que solamente tiene gerenciadores que se encargan de perpetuar el modelo del Virreinato del Río de La Plata, aunque si bien ya es otro el país que administra ese "pool" de paises que cortan su buena tajada de un país que, dominado por la pasión y la emoción, se le nubla la mirada para observar la maniobra de saqueo, disfrazada de inversión exógena que traería desarrollo y productividad.

Estemos atentos argentinos, la maniobra está en marcha y dependerá de nosotros que el enorme logro del campeonato mundial de fútbol sea algo más que eso si queremos que aquéllos que se fueron, expulsados por la falta de oportunidades puedan volver en alguna oportunidad. Como nunca antes, de nosotros depende torcer el destino del país hacia un verdadero destino de gloria que obtenga logros a todo orden y no sólo futbolístico.