Todo lo anteriormente descripto nos trae ineludiblemente a la mente la maravillosa pieza del cine nacional "La odisea de los giles" del director Sebastián Borensztein, de ahí el título que le dimos a este artículo.
Lamentablemente estamos transitando una época en la cual se han alterado los valores y prioridades y donde pareciera que todo vale, desde considerar justo lo injusto, verdad a la mentira, trabajo a participar de una marcha política para recibir un plan y así un sinfín de acontecimientos que desorientan hasta el más avezado analista.
Como un grito sordo, la voz de los sin voz, que paradójicamente son quienes sostienen el sistema merced a sus aportes, por caso y a modo de ejemplo, en estos días se conoció el embargo por 71 millones de pesos al ex jugador de fútbol Gabriel Batistuta porque se negó a abonar un impuesto especial y excepcional ante las "riquezas inesperadas", un invento de un gobierno que agónicamente trata de sobrevivir a los desmanejos generados por ellos mismos y en los cuales fomentaron la cultura de la división, el enfrentamiento entre trabajadores y "vividores" de los trabajadores. La hora impone una actitud de grandeza por parte de toda la dirigencia política, sin importar su color partidario, para poder brindar a la Argentina un futuro que asegure una calidad de vida que el país supo tener, que promueva la movilidad social ascendente, que fomente la cultura del trabajo y el encuentro nacional porque demasiada división ya han provocado entre los argentinos y entre las familias que han tomado partido por una u otra postura política.
La decisión está en sus manos señores dirigentes, dejen de vivir como si fueran una casta privilegiada y propia de una nobleza que nuestra Constitución Nacional prohibe. La sociedad esta ávida de observar gestos de grandeza, de humildad en aras de alimentar la unión y fraternidad nacional.
Basta del abuso al que estamos acostumbrados los giles, porque nos consideran así a los laburantes, como si fuéramos "lentos" por cumplir las normas y ser honestos. Los estamos observando, pongánse las pilas porque requerimos respuestas, no hay más tiempo, se acabó ayer el plazo, no tiren más de la cuerda.
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